sábado, 20 de marzo de 2010

La violencia quita protagonismo al deporte

Los 2500 aficionados del Atlético de Madrid que se desplazaron hasta Lisboa no esperaban el recibimiento que les dieron los hinchas lisboetas cuando a las 20:00 la policía los sacó del metro... Un servidor y su hermano se desplazaron hasta Lisboa para animar a su equipo. Sobre las 13:00 llegamos a la ciudad y tras aparcar el coche cogimos el metro. La gente, al vernos ataviados con nuestras camisetas rojiblancas, nos indicaba amablemente dónde se encontraba el José Alvaláde, aunque buscábamos la pensión donde íbamos a hacer noche. Por la calle nos encontrábamos con hinchas del Benfica que nos decían que íbamos a ganar con goles de Simão, y también con hinchas del Sporting que nos decían que íbamos a perder, pero todo desde el buen rollo.
Pronto nos dimos cuenta de que Lisboa era una ciudad sin ley, donde cada cual hace lo que le da la gana. Los peatones cruzan las calles según les parece, sin respetar semáforos, al igual que los conductores conducen como se les pone en gana. A los taxistas les falta poco para poner sus coches a dos ruedas... Una vez bajamos al centro cada 10 metros nos "agasajaban" ofreciéndonos marihuana, cocaina, farlopa, chocolate... todo esto con la policía delante. Nos reunimos con los hinchas rojiblancos que habían ido también a ver el fútbol en la Plaza da Figueira, donde llegan miembros del Frente Atleti y nos dicen que el autobús los ha dejado en un sitio que resultó ser el local de los ultras del Sporting, los Juve Leo, y se habían liado a pedradas con ellos.
La gente estuvo bebiendo en Figueira hasta que a las 19:20 partimos hacia el estadio, eso sí, con la escolta de la policía pues corrían noticias de que hinchas sportinguistas estaban apedreando a hinchas colchoneros. Una vez dentro del vagón la policía se pone en la puerta para no dejar entrar a más pasajeros para evitar así altercados, aunque nosotros en ningún momento buscamos movida, más bien todo lo contrario, pues algunos que estábamos próximos a las puertas estuvimos hablando con los policías, uno de ellos hasta nos estuvo enseñando los carnets de sus hijos, los cuales eran socios del Benfica. Lo único bueno que tenían los policías era su amabilidad, porque autoridad no tenían ninguna. Tras parar el tren en una estación y ponerse los policías para que no entrase ningún pasajero hubo un hombre de unos 65 años de edad que intentó entrar y ante la negativa de los guardias cargó contra ellos arreándoles un empujón... Una vez llegamos a nuestra estación la policía nos tuvo más de 20 minutos esperando para poder salir de la misma, pues había hinchas esperándonos. Al salir del metro la policía nos dejó vendida al colocarnos en una especie de carpa, cubierta sólo por la parte de arriba, y éstos comienzaron a desaparecer mientras veíamos a lo lejos a hinchas del Sporting que empezaron a tirarnos piedras y botellas de vidrio como muestra de bienvenida. La gente se empezó a poner nerviosa a medida que pasaba el tiempo ya que la policía únicamente cargaba contra nosotros para evitar que fuésemos a por los "valientes" portugueses mientras nos seguían tirando cosas. Hubo momentos de angustia, sobre todo cuando veías cómo las piedras daban en las cabezas de gente que estaba a 3 metros tuyo (a mi hermano le dieron una pedrada en la pierna y una pasó a menos de medio metro de mi tripa), veías a gente llorando, a niños que no entendían lo que estaba pasando (realmente nadie entendía el por qué de la situación), hasta que pasados otros 15 minutos apróximadamente llegaron los antidisturbios para acompañarnos al campo (a buenas horas llegaron los bastardos). Nos hicieron dar una vuelta entera al estadio mientras teníamos que aguantar a los gitanos que nos insultaban y escupían, parecíamos monos de feria (encima la policía cargaba contra nosotros, a una chica que estaba a mi lado la dieron un porrazo). Una vez dentro del estadio los hinchas portugueses seguían increpándonos. Hubo un momento en el cual sí temí realmente por mi integridad física: Un aficionado empezó a discutir con un policía, al cual dio dos o tres puñetazos... 0.0 Si pegaban a los policías ¿qué no iban a hacernos a nosotros?
Tras finalizar el partido nos mantuvieron más de una hora dentro del campo hasta que nos dejaron ir dirección al metro, donde se encontraban los antidisturbios. No hubo más altercados gracias a Dios, como tampoco habrá sanción por parte de la UEFA por los acontecimientos acaecidos, pero una cosa sí quedó clara ayer: (8) SPORTINGUISTAS HIJOS DE PUTA (8).
Aunque el partido, visto lo visto, era lo de menos hay que recalcar que pasó el Atlético de Madrid a pesar de la insistencia del "niñato mimado" (David de Gea) de que se clasificasen los lisboetas. Los dos golazos de Agüero dictaron sentencia.

4 comentarios:

  1. pero estuviste???
    A ver qué hacéis contra el Valencia
    y el próximo año Agüero,Cristiano la delantera del madrid.jejeje.

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  2. te has quedado agusto no? jajajaja, joder si lo que yo te diga es pa matarlos.

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  3. Sí, si estuve, pero deja de fumar grifa momo que Agüero no se irá al Madrid nunca.
    Para matarlos es poco...

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  4. como le dices que deje de fumar grifa!!!!, con lo rica que esta!!

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