A las 17 oo, vistas las últimas faltas de amor mostradas hacia la camiseta por parte de los jugadores, era una mala hora y unos malos incentivos para que un estudiante que en una semana empezará los exámenes viese el partido. Por ello, un servidor sólo pudo gozar con el resumen del partido. Y para qué quiso más...
No sé si podré atender mucho el blog estos días, aunque seguro que el balonmano me hará volver a llenar estas páginas de alegrías deportivas. En un rato, vuelvo.

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