viernes, 14 de enero de 2011

De chiste

Así ha sido el tercer gol que entre Filipe y Domínguez se han encargado de regalar a Özil. Bueno, realmente así ha sido todo el partido, pues entre que los visitantes le han regalado el balón al Madrid, sumado al criterio del árbitro de señalar una falta sí y veinticuatro no, se lo han puesto bastante sencillo para que se llevasen el partido. Rajemos un poco, que está calentita la cosa.
Empezó el Atleti con ganas de ir a por el partido, lo que se vio reflejado en que Casillas en el minuto dos había entrado ya en contacto cuatro veces con el balón. En el minuto siete, Reyes puso un balón en profundidad para Agüero, el cual podría estar en posición antirreglamentaria por medio brazo pero no lo sabemos a ciencia cierta y obviamente no nos podemos fiar al 100% de las imágenes que saca el ¿diario? Marca, pues en dichas el balón no se aprecia en ningún momento, al igual que no vemos la pierna de Ramos para saber si está en línea o no con el colchonero. El caso, al internarse en el área el argentino, Casillas cometío un clamoroso penalti sobre él, pero tuvo la suerte de que el balón le llegó a Forlán y éste adelantó a los visitantes, obviando así el árbitro la expulsión del de Móstoles. A partir de este instante, los colchoneros desaparecieron ofensivamente a excepción de alguna jugada puntual.
El Madrid pudo empatar pero no conseguía encontrar la puerta de De Gea hasta que en el catorce Sergio Ramos cabeceó un córner, poniendo la igualada. Lo que pasa es que el de las 3000 se apoya claramente en Domínguez y, por tanto, el gol no debió subir al marcador. Los blancos seguían achuchando y eran claros merecedores de ir por delante en el luminoso, pero el rubio se sacó esta vez dos buenas manos que impidieron a los suyos irse al descanso con desventaja. Antes del fin de los primeros cuarenta y cinco minuos el Kun reclamó un más que posible penalti de Sergio Ramos, pero Mateu Lahoz quería seguir cayéndole bien a Mourinho.
La segunda parte empezó con la misma tónica con la que había terminado la primera; el Madrid intimidando a un Atleti que estaba agazapado en su área, esperando una contra que nunca llegó. Y tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. En el sesenta y dos Cristiano remató dentro del área pequeña un buen centro de Özil ante la inoperancia de los centrales y del portero, que si algún día sale de debajo de los palos prometo que me tatuo el escudo del Egabrense en la frente. Lo juro. La polémica también acompañó a esta jugada, pues Marcelo hizo una clara falta sobre Agüero que propicio la fatal contra para los rojiblancos.
Tras el gol siguieron llegando acciones polémicas en contra de los locales que el trencilla valenciano siguió arbitrando con el mismo criterio, máxime sabiendo que el cumpleaños del hijo de Mourinho está próximo y quién sabe si podría recibir una invitación del comechicles más famoso de la Liga. Primero señaló con amarilla una entrada asesina de Cristiano sobre Ujfalusi que si llega a ser al revés al checo, además de la roja, le volverían a hacer desde la PPM una nueva caza de brujas para lograr la inactividad del 17 de por vida. Minutos después obvió una entrada con los dos pies por delante de Ramos sobre Agüero en la que el sevillano levantó al argentino por encima del suelo. El Madrid tiró la pelota fuera y los visitantes tardaron en devolverla, lo que provocó que los comepipas arrojaran botellas y demás objetos sobre el 10. Ése fue el único momento en el que la fiel afición madridista se hizo notar. Igual de despreciable, eso sí, fueron los gritos contra un grande del humor como Juanito Navarro que propició la hinchada rojiblanca. Descanse en paz.
Pero no obviemos lo más grave y es que antes de producirse el desagravio que produjo el tercer tanto local hay una clara falta de Javi Alonso sobre Reyes merecedora de roja, pues Javi aparta al utrerano con una llave de judo que el árbitro no quiere señalar. Y digo que no quiere porque eso lo ve hasta un ciego.
¿Que el Madrid fue justo vencedor? Cierto al 100%, pero las ayuditas arbitrales también ayudaron (y mucho) a lograr la victoria.
El tercer gol nos cortó las alas...



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