jueves, 13 de mayo de 2010

Europa es Rojiblanca

Cuando en el minuto 117 Forlán batió con un detalle de calidad y un poquito de fortuna a Schwarzer, toda Europa se paralizó. Y no era para menos, pues el Atlético de Madrid se convertía en su nuevo César...
El partido no fue nada sencillo para los de Quique porque los cotagers salieron muy bien plantados sobre el terreno de juego, cediendo la pelota a un Atleti que la tocaba donde el rival le permitía. No obstante, cada vez que Agüero cogía la pelota los centrales del Fulham tiritaban, y no de frío precisamente. Primero avisó Forlán, pero su disparo golpeó en la cepa del poste del meta australiano. Y tras una gran jugada de los "4 magníficos" Kun disparaba en semifallo un buen servicio de Simão, pero el más listo de la clase, Diego Forlán para los amigos, apareció de la nada para poner el 1-0 en el marcador (estaba en fuera de juego por medio cuerpo, pero el linier no se percató). Eso sí, la alegría apenas duró 5 minutos (no olvidemos que hablamos del Atleti), los mismos que necesitó la zaga rojiblanca en regalar a Davies un gol, demostrando de este modo los grandes valores de consideración que tienen los colchoneros. Teniendo en cuenta todo el lío que se había montado con el tema del volcán era lo mínimo que podían hacer por los hinchas ingleses que se habían desplazado a Hamburgo...
Tras el descanso el respeto fue el el máximo protagonista. El Atleti seguía teniendo el balón pero los ingleses achuchaban cada vez más. Davies la volvió a tener pero De Gea le ganó la partida esta vez con una buena parada. Por parte de los colchoneros Ujfalusi era el que lo intentaba, pero sin puntería alguna. Nos fuímos, pues, a la prórroga en la que Salvio y el Kun no fueron capaces de conectar un gran servicio de Forlán que hubiese bastado con soplarla... y cuando parecía que el campeón se iba a decantar en la tanda de penaltis Forlán, cual cartero, demostró que siempre golpea veces. Con su gol, el uruguayo terminó para siempre con el apelativo de "pupas" y vengó a Don Luis Aragonés, casi nada.
Especial mención al hermoso gesto que tuvieron tanto Raúl García como Joel, que nada más escuchar el pitido final se pusieron una camiseta de Sergio Asenjo (la del Atleti el navarro, la de España el canterano).
Madrid entera salió a arropar a su Dios particular, que como no podía ser de otro modo estaba vestido con un traje para la ocasión. Pero en Neptuno, amén como el resto del mundo, no fue en el único lugar donde se festejó el título, pues Don Vicente Calderón y Don Jesús Gil se encargaron de armar una buena allá arriba, arropados, eso sí, de miles de seguidores que ven el fútbol desde el tercer anfiteatro del Calderón.
Los más mayores se quitaron un peso de encima; los más jóvenes, por fin, conocieron el festejo de un título en Neptuno. Se avecina una generación atlética debajo del brazo...

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