martes, 29 de junio de 2010

Lo siento por el resto, España ha vuelto

Joachim Löw se lamentaba, Maradona sacaba brillo a su cerbatana favorita para subir su moral, Dunga se fue a la cama sin cenar y Gerardo Martino, seleccionador paraguayo que se enfrentará a España el sábado, corría al baño de manera precipitada. No, no es que un atentado terrorista asestara Sudáfrica, sino que el conjunto español acababa de dar todo un recital de cómo se juega a esto de la pelotita.
Vaya partido se han marcado los de Vicente del Bosque, que hoy sí tuvo una decisión acertada al sacar a Llorente por Fernando Torres cuando el de Fuenlabrada se quedaba sin gasolina. Precisamente fue "el Niño" el que probó primero al meta luso, Eduardo, pues en el minuto uno se sacó un zurriagazo que desvió a córner de modo magistral el del Sporting de Braga. Villa no quiso ser menos y un minuto después volvió a probar al cancerbero, que volvió a lucirse. Ambos arietes disponían de las mejores ocasiones del partido, incluido un penalti no pitado de Coentrao a Torres. Portugal no creaba peligro, en gran parte debido a que Cristiano no las olía, pues el de Madeira estaba pensando en sus vacaciones, sino que me expliquen por qué el luso cada vez que tenía la pelota se tiraba a la piscina... Como bien rezaba una bandera brasileña el viernes pasado, Ronaldo sólo hay uno...
En el veinte llegó la primera gran ocasión portuguesa; Tiago se sacó un disparo seco pero centradito en la frontal del área que Casillas tuvo que blocar en dos tiempos y que por poco no termina en gol. Siete más tarde Cristiano, conocedor del bajo estado de forma de su compañero de equipo, pegó un zapatazo sin peligro que Íker sacó de casualidad mientras media España se acordaba de su madre, y no porque fuese su santo precisamente; la otra media nos acordábamos de que Víctor Valdés y Pepe Reina estaban en el banquillo... ¡vivan los decretos!
Portugal siguió creando peligro a la contra mientras España seguía triangulando pero sin lograr excesivo peligro.
Tras el descanso los de Queiroz apretaron mucho más y si no es por un pie salvador de Puyol a tiro de Almeida en el cincuenta y uno la Roja hubiese ido por detrás en el marcador.
Pero lo que cambió el partido fue el cambio anteriormente citado de Llorente por Torres (que fue de más a menos pero se le vio con más tino que en otros partidos); el del Athletic casi bate a Eduardo nada más entrar cabeceando un gran servicio de Sergio Ramos (el cual recuerda al de su primera etapa en el Madrid), y después se partió la camiseta (literalmente) ante los defensores lusos. En el sesenta y dos España decidió no prolongarle más la agonía a Eduardo; jugadón del combinado nacional que terminó con un taconazo de Xavi para Villa, el cual la pega de primeras con la zurda pero se encuentra con la respuesta del meta, aunque con tan buena suerte que el rechace le cae a la diestra del siete del Barcelona y la pelota termina en gol tras dar en la parte inferior del larguero. Tras esto lo lógico habría sido que Portugal hubiese ido a buscar el empate, pero lo cierto es que ocurrió todo lo contrario, y si no es por el magnífico Eduardo (al que lo cambiaba a pelo por De Gea), que repelió disparos de Sergio Ramos y David Villa, el marcador habría sido mucho más abultado. La mejor ocasión lusa la desbarató magistralmente Capdevila. ¿Que qué hizo Cristiano en la segunda parte? Pues ni idea, habrá estado rezando, porque lo que es por el cesped no se le ha visto...
Lo dicho, España, cual Cid Campeador, marcha por Sudáfrica con paso firme bajo la dirección de un genial Andrés Iniesta y los goles de su fiel escudero, David Villa.

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