miércoles, 1 de diciembre de 2010

¿Hasta cuándo vamos a aguantar tus patochadas?

Llevo muchísimo tiempo mordiéndome la lengua (cosa que no debería hacer pues es mi blog y puedo escribir lo que se me antoje, y al que no le guste, que no mire) pero lo de hoy roza ya el ridículo. De todos es sabido que no trago a David de Gea, lo considero un palomitero sobrevalorado apoyado en una prensa que lo ha ensalzado hasta cuando ha sacado de puerta con efecto. Lo cierto es que el rubio no ha demostrado NADA más aparte de algún buen partido como el que se marcó ante el Barcelona esta temporada (partidazo mejor dicho), alguna buena palomita en más de un partido (al César lo que es del César) y en una afición que lo ha apoyado borreguilmente por el hecho de ser canterano. Pero lo de estas últimas jornadas roza ya el rídiculo. Lo que éste tío lleva haciendo desde hace mucho tiempo es reirse de una afición que en su 98% lo ha apoyado siempre (el otro dos por ciento lo formamos mi padre, yo y alguno más que tiene los ojos bien abiertos), pues desde que surgió aquel chiste malo de que es el sustituto de Casillas (aunque creo que es mejor aquél que diu que el Manchester ofrece 20 kilos por él) se ha preocupado más por ¡exigir 4 millones de euros por temporada para renovar! (así se demuestra tu amor al club, ¡sí señor!) que de parar balones. Ante el Madrid ya le regaló el gol de falta a Özil, y encima tuvo la poca vergüenza de echarle la culpa a Reyes. Antes vino el partido ante el Rosenborg en el que regaló el gol a los noruegos y a punto estuvo de pifiarla en otro más. En Anoeta fue espectador de lujo junto a Ujfalusi en el gol de Llorente, ante el Espanyol se lo regaló a Verdú. Pero lo de hoy no lo hace ni un chaval al que estoy entrenando que tiene 9 años, y lo digo totalmente en serio. En el minuto uno sale a por uvas y regala el primero al Aris cuando los pocos que hemos bajado al estadio nos estábamos sentando todavía. En el tercero se tira 8 segundos tarde cuando el griego peina el balón desde la banda y después, junto a Godín, se termina de coronar cometiendo un error de prebenjamin. Y añadémosle 653236545 pizcas de nerviosismo y nulos conceptos de colocación. Ése es el verdadero David de Gea.
Lo realmente deleznable es que ni prensa ni aficionados se hagan eco de sus errores, están cegados y prefieren mirar hacia otro lado... La flor que parecía tener en el culo (perdón por la expresión pero las horas que son ya no habrá niños despiertos) ha desaparecido y si Quique tuviese un par de pelotas lo sentaría, al igual que hizo con Sergio Asenjo en su momento cuando el palentino estaba en un pésimo estado de forma. Pero el técnico madrileño no las tendrá y seguiremos aguantando las patochadas del chavalito... cuando falle diremos que es normal, es un niño; cuando haga un buen partido lo encumbraremos y lo pondremos a la altura de Yashin... ¡país!
Pero bueno, hoy, además de 583 disgustos, del Calderón me llevé una gran sonrisa pues por primera vez en mucho tiempo se escucharon pitos (TOTALMENTE MERECIDOS Y JUSTIFICADOS) hacia nuestra portería. Podréis pensar que soy un gilipollas (realmente no estaréis muy desencaminados), que quiero mal a mi equipo o miles de cosas más, pero lo cierto es que o medimos a todos por el mismo rasero o los que no quieren a su club serán los que no lo hagan.
No sé por qué me da, pero al canterano le queda poquito en la Ribera del Manzanares.
Y de ello, un servidor, se alegra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario