Esteban Márquez Ponce, empresario natural de Tomelloso y dueño de la constructora Soncar (que tiene su sede en la madrileña calle de Antonio López) llegó a la presidencia alcorconera en 1997, cuando el equipo militaba en la Regional madrileña. En dos años logró el ascenso a Tercera y en su primera temporada en dicha categoría, cuando el objetivo no era otro que la permanencia, los amarillos dieron la campanada y lograron el ascenso a Segunda B, donde tras diez años en los que se ganaron el respeto de propios y extraños han consumado el ascenso a la categoría de plata.
Su política deportiva; pagar poco pero bien. Mientras otros conjuntos firmaban contratos que después no podían pagar, los alfareros nunca faltaban a su cita a primeros de mes. Poco a poco se fue corriendo la voz y jugadores como Robert, Asen, Quini, Quero, Íñigo López, Susaeta o Sergio Mora prefirieron enfundarse la amarilla, sabiendo que iban a cobrar lo estipulado en sus contratos a escuchar ofertas estratosféricas de otros equipos con más nombre de los que que seguramente no iban a percibir ni la mitad de lo firmado.
El mejor presidente de la historia alcorconera recibirá el cargo de Presidente de Honor, aunque qué menos que poner al estadio el nombre de quien dio todo por llevar el nombre de Alcorcón a lo más alto: Esteban Márquez Ponce...

Esteban Márquez, a la derecha
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