miércoles, 21 de julio de 2010

El Caballero vuelve a la Liga

Leonardo Neorén Franco, más conocido por su nombre de guerra, Leo Franco, vuelve a la competición donde se hizo un hombre, pues acaba de firmar por uno de los históricos de nuestro fútbol, que no es otro que el Real Zaragoza.
Leo llegó a nuestra liga en 1997 de la mano del Mérida tras haber despuntado en el club Atlético Independiente de Avellaneda (el mismo que vio nacer al Kun) y tras ser el arquero titular de la albiceleste en el Mundial sub-20 de ese mismo año, donde los argentinos se alzaron con el cetro mundial. Tras el descenso de los extremeños el Mallorca lo reclutó para su filial y a la temporada siguiente lo subió a los mayores, donde creció y aprendió al lado de dos grandes porteros argentinos, Carlos Roa y Germán el Mono Burgos. Finalmente se hizo con un puesto en el equipo titular y fue pieza clave en la Copa del Rey que los bermellones consiguieron en el 2003, lo que le valió para firmar por el Atlético de Madrid en el verano del 2004, donde se afianzó como el mejor portero del Atleti tras Molina. Con los colchoneros pasó 5 temporadas en las que pugnó por un puesto con grandes porteros de la talla de Ismael Falcón, Christian Abbiati o Gregory Coupet, logrando alcanzar 2 veces consecutivas puestos de Liga de Campeones y ganó una Copa Intertoto. Disputó un total de 153 partidos para encajar 158 goles, habiendo detenido la friolera de diez penaltis. Tras finalizar su contrato en Julio del 2009 y viendo que el club decidió apostar por el futuro guardameta de la Roja, Sergio Asenjo, Franco partió hacia tierras turcas al firmar por el Galatasaray, donde tras disputar una temporada bajo las órdenes de Frank Rijkaard rescindió su contrato y bajó sus emolumentos considerablemente para firmar con los maños y volver a lucir su mítico 25 por los campos españoles. Internacional con Argentina en quince ocasiones, disputó el Mundial de Alemania donde la albiceleste fue eliminada en la tanda de penaltis ante la anfitriona, sin que Franco pudiese detener alguno.
He de reconocer que Leo no ha sido nunca santo de mi devoción debido a que a pesar de su gran envergadura no es valiente en el juego aéreo y en ocasiones peca de manos de mantequilla, pero nunca se podrá decir de él algo negativo acerca de su profesionalidad, además que allá donde jugó nunca dio una palabra más alta que otra. Su gran virtud es que es un parapenaltis nato, llegando a detener en el Ruíz de Lopera ante el Betis y en el Calderón ante el Sevilla dos lanzamientos desde los 11 metros en el mismo partido. En el Zaragoza tendrá la dura competencia del sevillano Toni Doblas, que vivirá su segunda etapa en la Romareda tras pasar por el Huesca, pero creo que el argentino se hará con la titularidad debido a su veteranía y su saber estar.
Seguro que en la quinta jornada la afición del Atlético de Madrid volverá a rendirle un más que merecido homenaje coreando emotivamente su nombre como sucedió durante los cinco años que defendió la elástica rojiblanca y el año pasado, en su vuelta en la Europa League con el Galatasaray turco.
Mucha suerte, Leo...

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