Bala perdida

Lo tuvo en sus manos el Atlético de Madrid pero Osvaldo se encargó de quitárselo con dos tantos. El primero con la inestimable colaboración de Perea que, al lanzarse al suelo para desviar su disparo, lo hizo con tan mala suerte que se coló en la portería de De Gea. Después se aprovechó de un gran centro para con un impecable cabezazo batir (en posición dudosa, eso sí) al portero rojiblanco, el cual recibió durante todo el partido la atenta mirada del hermano del técnico del United, Martin Ferguson (¿quizá por eso le dio por salir a por algún balón aéreo? nunca lo sabremos...). Una cosa quedó clara, Osvaldo es el hombre que debe acompañar a Agüero en la delantera el año que viene.
Empezó el partido con un Espanyol disfrazado de Papá Noel que no dudó en regalar el primer tanto a Koke en la primera llegada del partido. Tras éste, el Atleti tuvo en los pies de Reyes y sobre todo del Kun Agüero la oportunidad de sentenciar el choque, pero los de Quique hoy no andaban finos. Por si fuera poco, el propio Koke se tuvo que retirar lesionado cuando la primera parte estaba llegando a su fin por un golpe que le propinó un blanquiazul en la rodilla. Por él entró un voluntarioso Raúl García.
Y como suele pasar en estas ocasiones en las que tanto se perdona, al filo del descanso Osvaldo hacía el primero de sus dos goles para firmar las tablas.
Tras la reanudación, el Espanyol volvió a hacer un regalo a los madrileños que Agüero no desaprovechó, batiendo a Kameni con una exquisita vaselina. Con esto, los colchoneros se relajaron y permitieron que los de Pochettino empatasen, lo que pareció ser aceptado por un Atleti que a excepción del Kun vio el empate como algo positivo. Tiago estuvo a punto de traer los tres puntos a Madrid, pero Kameni, con una mano salvadora, detuvo el testarazo del portugués.
La Champions tendrá que esperar...