Nubarrones en el Calderón

En el minuto uno ya perdía el Atleti. Y todo porque Sílvio se emperró en demostrar a sus compañeros que hasta él habría parado más balones hoy que David de Gea en el derby de Manchester. Hemed se encargó de batir a Courtois desde los once metros, anotando así su cuarto gol en esta Liga, todos ellos desde el punto fatídico. En este momento todos los sufridores que acudieron al Calderón se dieron cuenta de que el partido iba a ser aún más difícil de lo esperado, pues Caparrós iba a plantar el autobús bajo palos; y a ver quién tenía pelotas a derribarlo.
Los (todavía pupilos) de Gregorio Manzano tomaron el timón del partido de la mano de Diego, que intentaba sin acierto crear ocasiones de peligro para sus compañeros. El brasileño intentó también aliarse con su compatriota Filipe Luis, pero el ex del Depor no es que esté haciendo que se eche de menos a Antonio López, sino que hasta Pernía es añorado por los hinchas. De Tiago mejor no hablamos, aunque más vergonzoso fue que Mario Suárez se enfundara el brazalete de capitán... vaya panda de arrastrados. Godín tampoco anduvo fino y de no ser por el bueno de Miranda, Courtois habría tenido más trabajo del que finalmente tuvo.
Al final de la primera parte llegó el empate local merced a un penalti que Ramis comete sobre Falcao y que el propio colombiano se encarga de transformar.
Tras el descanso, Adrián se plantó delante de Aouate, pero su disparo salió fuera. Tras esto, entraron Reyes y Salvio por Tiago y el propio Adrián, pero salvo una ocasión aislada del utrerano, los recambios no mejoraron lo presente. Para asombro del personal, Manzano osó quitar a Turán, que estaba siendo el mejor del partido hasta el momento, dando a Pizzi diez minutos para que se mostrara. Pero esto no ocurrió.
Una jornada más y el equipo ya no es que no arranque, sino que va para atrás. Pero bueno, no se preocupen, siempre nos quedará el balonmano...