Al filo de la media hora, Pulido, que debutaba, realizó un penalti absurdo por agarrón en un córner y De Gea, recordando que en su debut él hizo lo mismo, detuvo el lanzamiento a Trézéguet. Podríamos decir que el talento del rubio para detener penas máximas es inversamente proporcional al que tiene en los balones aéreos. En los últimos instantes de la primera parte, Koke mandó un zurriagazo a la escuadra izquierda del arco del portero holandés del Hércules.
La segunda parte vino con la pájara habitual y se mascaba el gol visitante, que finalmente llegó por mediación de Trézéguet, aprovechándose el franco-argentino de la pasividad habitual de la zaga colchonera. Menos mal que Reyes salió a arreglarlo valiéndose de un rechace de Velthuizen tras un disparo del Kun (al que previamente había asistido el propio utrerano) para asegurar finalmente la Europa League.
Tras el pitidio final, la afición coreó el nombre del entrenador, recibiendo su merecido homenaje por habernos hechos campeones. Lamentablemente y debido a la pataleta infantil de éste, Diego Forlán, sin el que Quique hoy no sería nadie en la historia del Atleti, no pudo gozar de la misma suerte debido a que vio el partido en el palco por decisión técnica...
Muy grande su última frase Don Jorge ¡Qué poca memoria tienen algunos entre los que se encuentra nuestro técnico!
ResponderEliminarUn placer leerle, como siempre.
Un abrazo.
Pues sí, Don Emilio, qué poquita memoria tienen algunos seguidores de nuestro club...
ResponderEliminarYa sabe que está usted en su casa.
Un saludo