domingo, 19 de septiembre de 2010

De Gea evita una goleada escandalosa

Minuto noventa y cuatro de partido en el Vicente Calderón. Guardiola está que se sube por las paredes. No es para menos. Por primera vez en los tres años que lleva entrenando al primer equipo del Barcelona está a punto de ganar a su némesis fuera de casa, el Atlético de Madrid. El técnico blaugrana espera que Fernández Borbalán pite el final del partido mientras se come los padrastros (pues las uñas se las terminó media hora antes), pero las dos sustituciones que Pep ha hecho en el tiempo de descuento (de una de las cuales hablaremos más tarde) propician que el colegiado andaluz prolongue el partido dos minutos más. Tras escuchar los tres pitidos que daban muerte al partido el de Santpedor alzó los brazos, se despidió de Quique y marchó corriendo al vestuario a ver cómo se encontraba Messi, el cual había abandonado minutos antes el terreno de juego después de recibir una bestial entrada de Ujfalusi que costó la tarjeta roja al checo.
Finalmente Kun fue de la partida, aunque quedó demostrado que fue más un intento Cidesco por parte de Quique para dar miedo a los zagueros culés que otra cosa, pues el astro argentino se mostró en todo momento convaleciente de la entrada del sábado pasado en San Mamés y apenas entró en juego. Por si fuera poco, Busquets se pegó como una lapa a Forlán, el cual no pudo gozar de ninguna ocasión de gol clara. Así las cosas Messi golpeó primero, aunque Raúl García (con muchas ganas pero poco fútbol) empataba el partido poco después al adelantarse en un córner a Víctor Valdés. El Barça recordaba por su juego a la mítica jaula que tan famosa hizo el San Francis en la mitiquísima Óliver y Benji mientras el Atleti, cual Niupi corría, corría y corría... detrás del balón. Piqué puso el uno a dos definitivo tras aprovecharse de un mal marcaje en un córner de Godín (su primer error reseñable desde que fichó por los rojiblancos); controló con el pecho y fusiló al canterano rojiblanco. Pero si el marcador no se movió más no fue porque los catalanes no tuviesen más ocasiones, sino porque David de Gea (que presagiando la que se le venía encima se vistió de nazareno) estuvo espléndido. Siempre he sido muy crítico con el rubio, pero hoy salvó a los suyos de encajar una manita (mención especial a un paradón a Xavi). Eso sí, sigo siendo Asenjista al 100% y confío en que el palentino triunfe con la rojiblanca.
Reyes fue el más incisivo por parte de los de Quique y en la segunda mitad pudo batir a Valdés con un buen tiro desde fuera del área que se marchó lamiendo el poste. Aún así, el utrerano pecó en ocasiones de querer hacerlo todo y terminó ofuscado con todos.
Aunque lo mejor del partido fue la emotiva y merecida ovación que se llevó Don Andrés Iniesta Luján al ser sustituido en el minuto noventa de partido, que puso los pelos de punta a niños y ancianos.
Esta derrota baja un poco los humos a los del Manzanares; no obstante, el miércoles habrá reválida ante el Valencia. Ni antes éramos tan buenos, ni ahora tan malos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario