lunes, 1 de octubre de 2012

La madurez

Afrontaba el Atleti el partido ante el Espanyol con la sensible baja de Radamel Falcao, el pichichi de la Liga, en lo que suponía un claro desafío para que los hombres de Diego Pablo Simeone pudieran demostrar que el gran inicio de temporada del cuadro colchonero no ha sido en su totalidad gracias al estado de gracia del colombiano. Cierto es que el rival no pasaba por sus mejores momentos, pero ya saben que cuando los rojiblancos más fácil lo tienen, más se dejan evidenciar por el rival. Pero eso, este año, parece que está cambiando.
Salieron los madrileños con ganas de llevar los pantalones desde el inicio, mientras el rival esperaba agazapado atrás, esperando una contra que pudiera iniciar la nueva sensación blanquiazul, el italiano Longo. Sin embargo, quienes tiraban las contras eran Filipe y Juanfran, quien ya se está empezando a parecer al genial lateral que deslumbró la campaña pasada. Precisamente de las botas de este último nació la primera ocasión de peligro del partido, pero su centro lo cabeceó desviado Raúl García. Minutos después se volvieron a repetir los mismos protagonistas, pero en esta ocasión el navarro sí logró estrenar el marcador, cabeceando en plancha el magnífico centro del alicantino. Uno a cero y, pese a que los visitantes siguieron llevando el timón del partido, destacando especialmente Mario, Arda y Diego Costa, se fueron al descanso sin que el luminoso volviera a moverse.
Por desgracia para el corazón colchonero, el Atleti volvió a salir con la torrija con la que nos viene acostumbrando en lo que llevamos de competición, pero esta vez Courtois (que regresaba después de sus molestias en la rodilla) respondió con solvencia. Por si fuera poco, Arda se marchó lesionado, aunque la entrada del Cebolla Rodríguez supuso un soplo de aire fresco para los de Simeone. Precisamente fue el ex del Oporto el que obligó a emplearse a fondo por partida doble al guardameta espanyolista, que mantenía sus guantes impolutos hasta el momento.
También dispuso de minutos Adrián, quien pudo sentenciar la contienda cuando había sentado ya a Cristian Álvarez, pero se apiadó de su víctima y remató con el mismo interés con el que un chico de quince años atiende al profesor de matemáticas un lunes a las ocho de la mañana.
El Espanyol, por su parte, pudo empatar al aprovecharse de algunos errores de concentración del rival en acciones a balón parado, pero para suerte de los madrileños, la segunda plaza seguirá siendo suya una jornada más.
¡Ay qué majo este Cholo, que los está haciendo madurar, oiga!

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