lunes, 8 de octubre de 2012

Héroes y villanos

Nos costó. Nos costó mucho. Nos costó muchísimo, tanto que igual nuestro corazón perdió hoy años de vida, pero no nos importa. Somos líderes. Sí, sí, han leído bien, somos líderes. Vale, colíderes junto al Barcelona, pero eso no nos va a hacer borrar la sonrisa de nuestras caras durante los próximos catorce días... como mínimo.
Decían las malas lenguas que el Atleti todavía no se había enfrentado a nadie importante en lo que llevamos de temporada, por lo que el partido ante el Málaga era un choque para callar bocas; y las empezaron a callar bien pronto. Tras un inicio en tromba de los de Diego Pablo Simeone, Emre, que debutaba en Liga, servía con la zurda un buen balón al punto de penalti que Radamel Falcao cabeceaba a gol para alegría de niños y ancianos; era un comienzo de cine.
Pero si el cine tiene, por lo general, un villano, el fútbol tiene varios. En nuestro caso, los villanos iban de negro, uno respondía al nombre de Pérez Lasa y al otro, por desconocimiento, lo denominaremos linier 1. Pues bien, linier 1 se colocó antes del partido un muelle en el brazo derecho que provocaba que cada vez que un rojiblanco se plantaba solo ante Caballero su banderín iba instintivamente hacia arriba, provocando el malestar general. Todo lo contrario a Mario y Gabi, que una jornada más volvieron a encandilar al Calderón con su entrega y buen hacer en el centro del campo.
Aún así y como lamentablemente lleva ocurriendo en lo que llevamos de temporada, el equipo fue reculando poco a poco lo que sumado a la mala suerte provocó que Santa Cruz empatase el partido cuando quedaban escasos minutos para el descanso. El resultado era injusto, pero váyanle con ese cuento a otro.
Tras el descanso el choque se volvió violento, entrando en juego el otro villano de la peli, Pérez Lasa. El colegiado vasco dejó pegar al Málaga, mientras que los locales eran castigados con amarillas, en ocasiones desmesuradas. Fue entonces cuando los de Pellegrini se empezaron a encontrar más cómodos en el caos, por lo que Simeone decidió dar entrada al Cebolla, buscando su velocidad. Lo que pasa es que el argentino se equivocó de turco, y en lugar de sentar a Arda Turán, quien cuajó el peor partido desde que llegó a España, mandó a la ducha a un buen Emre. Además, el uruguayo no tuvo gran protagonismo. Aun así, los balones sobrevolaban el área de Caballero, pero la defensa malacitana no dejaba rematar nada. Godín y Miranda tampoco desentonaban en su área.
Cuando se mascaba el gol del Málaga de nuevo volvió a ocurrir: tiro libre en el último minuto que Gabi cuelga al corazón del área, Miranda protagoniza una dejada de cabeza que Weligton, en un intento fallido de despeje, deposita en su propio arco llevando el éxtasis al Calderón.
Llevaremos sólo siete jornadas, nos quedará enfrentarnos a Valencia, Sevilla, Madrid y Barça, pero eso, ahora, no nos importa; que nos quiten lo bailao...


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