domingo, 20 de noviembre de 2011

A falta de fútbol, goles

Llegaba cuestionado al partido de hoy Goyo Manzano y el jienense demostró que a chulo no le gana nadie, saliendo con nueve jugadores. Realmente, sacó once al terreno de juego, pero visto el rendimiento de Salvio y de Mario Suárez, se podrían haber quedado en casa viendo el partido por la tele. Vaya tela...
La primera parte siguió el guión de las que han visto los aficionados rojiblancos en el Vicente Calderón en lo que llevamos de temporada; mucho dominio local, pero ningún peligro para el portero visitante. No obstante, se echó en falta una referencia ofensiva en el área, pues tanto Salvio como Adrián se incorporaban cuando podían a la banda, olvidando que los delanteros, hoy, eran ellos. Precisamente Adrián fue objeto de un claro penalti cometido por Farinós, pero Pérez Montero no es que no lo señalase, sino que se permitió el lujo de sacarle tarjeta amarilla por tirarse. Árbitros, esa rara especie...
En la segunda, Manzano dio entrada a Pizzi por un lesionado Tiago (recemos para que no pueda llegar al derby). A los cinco minutos Valdo la tuvo, pero no acertó a regatear a Courtois, que sacó una buena mano cuando se mascaba la tragedia en las gradas. Por si fuera poco, Sílvio se retiró lesionado tras un golpe en la rodilla.
Los minutos corrían y corrían y el partido seguía sin decantarse hacia ningún lado, por lo que Gregorio Manzano se disfrazó de Quique Sánchez Flores, es decir, tiró de populismo, y sacó a un Reyes que se encargaría de asistir a Pizzi para que éste abriese la lata.
¡Qué bien, qué bonito, esto está hecho! Pues no. A los dos minutos empató Xavi Torres, devolviendo a la dura realidad a los colchoneros.
Pero Arda sirvió otro centro magnífico a Adrián, para que éste, en boca de gol, volviese a adelantar a los suyos en el marcador. La conexión otomano-asturiana volvió a funcionar; y van...
Diego hizo el tercero, poniendo la guinda a su gran actuación y Rubén Suárez se encargó de poner el tres a dos definitivo, aprovechándose de que la defensa local vive constantemente en la inopia. Mención especial merece Munúa, que realizó un partido descomunal y permitió al Levante tener opciones hasta el final.
El sábado, a las ocho de la tarde, visitamos el Bernabeu; que Dios nos coja confesaos...

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