miércoles, 27 de julio de 2011

El beso de Agüero

La primera vez que te vi fue en el extinto Maracaná que presentaba Paco González. Maldini sacó unos vídeos de fútbol internacional y en uno de ellos salía un chavalito argentino de Independiente que sólo tenía un año más que yo pero que driblaba adversarios como quien va a la carnicería a por chuletones de Ávila. Poco a poco fuiste haciéndote un hueco en la sección del programa y sin darme cuenta me fui enamorando de ti (eso sí, futbolísticamente hablando, no vayamos a crear confusiones acerca de mi sexualidad a estas alturas de la vida).
Comenté con algunos amigos lo que veía en Maracaná y descubrí que no era el único que me había quedado prendado de ti. Un día, Maldini dijo que lo tenías prácticamente hecho con el Villarreal y lo cierto es que me quedé a cuadros, pues pensaba que un jugador con tanta calidad firmaría, y que me perdonen los seguidores amarillos, por un grande. Quizá me desilusioné, pues si Agüero estaba dispuesto a fichar por el Villarreal nosotros podríamos haber hecho algo por ficharle, pero, como siempre, se nos habían adelantado...
Una noche, cuando todavía escuchaba El Larguero, José Ramón de la Morena dio La Noticia: el Kun Agüero lo tenía hecho con el Atleti gracias a una genial maniobra de Toni Muñoz, por entonces secretario técnico del club, que se había adelantado al Villarreal. ¡Sonaba tan bien que no podía ser cierto!
Tu presentación fue en Junio y un servidor, por entonces en el instituto, se saltó religiosamente la valla para presenciarla. Y no fui el único, pues junto a algún colchonero más y un tránsfuga madridista recorrimos los 300 metros que separaban mi instituto del Vicente Calderón para verte dar tus primeras patadas vestidas de rojiblanco. Con la tontería, más de mil personas nos juntamos para darte una bienvenida calurosa, para que sintieras que ésta era tu casa.
Estuve expectante por ver lo que hacías con la camiseta del Atleti en tu primer partido amistoso con nosotros, y lo cierto es que no nos defraudaste, pues ganamos al B con un gol tuyo de vaselina. En la pretemporada seguimos disfrutando de tu calidad y vibramos con tu primer gol en Liga; fue ante el Athletic en la Catedral en un partido que ganamos por goleada y en el que diste toda una exhibición. Ocupaste portadas por tu gol con la mano ante el Recre, en el que se te colgó el sambenito de tramposo, y me harté a defenderte contra todo el que ladraba contra ti (sobre todo ante un valencinanista que te tachaba, además, de piscinero). Lograste el gol que nos daba el empate a uno en el Camp Nou demostrando esa velocidad endiablada en los metros finales e iniciaste un duelo con Casillas a base de vaselinas en el que el mostoleño logró imponerse. Además, hicimos oídos sordos de los rumores en los que se te acusaba de ser un habitual al FABRIK... En suma, en tu primer año de aclimatación nos dejaste destellos de lo que después fuiste deportivamente.
Las temporadas siguientes fuiste mejorando tus registros goleadoras y, sobre todo, los detalles que mostraste en tu primer año se convirtieron en realidad, bailando un tango con cada balón que llegaba a tus pies. Pronto comenzaron los cantos de sirena que te situaban fuera del club, pero tú insististe en que eras feliz en el club y, sobre todo, que nunca vestirías la camiseta blanca del eterno vecino o, en tus propias palabras, -"Al Madrid, ni en pedo". En ese preciso instante creímos que habías entendido la filosofía del club y te consideramos, al 100%, uno de los nuestros. Eras asediado por periodistas que te increpaban verbalmente alegando que con el Atleti lucharías por entrar en Champions mientras que con el Madrid por ganarla, pero tú respondiste que eras feliz, que Maradona únicamente jugó la máxima competición continental una vez (o igual dos, que la memoria me falla) y que la Ribera del Manzanares era tu casa.
Nos hiciste campeones y supercampeones de Europa y cuando pintaba que por fin el club iba a instalarse en los puestos que, por historia, le correspondían, fuiste el único que dio la talla y con tu gol 100 con la rojiblanca nos metiste en Europa, vale que de rebote, pero menos era nada.
Todos esperábamos que quisieses irte a un club acorde a tu calidad deportiva y, finalizada la Liga, sacaste un comunicado en tu página web en el que dabas las gracias por todo pero decías lo que todos nos temíamos, que te ibas.
-"Es normal, y no podemos reprocharle nada -pensé mientras se me ponía cara de perro- aunque eso de que no quiere restricciones al equipo al que se vaya...".
Poco a poco se te fue soltando la lengua y empezaste a demostrar arrogancia en tus palabras diciendo que al Atleti no volverías, y que no iba a ser la entidad del Manzanares la que te eligiera club de destino. Dejaste caer sutilmente que querías seguir en España y, lo peor de todo, te dejaste querer por el Madrid, demostrando que las palabras se las lleva el viento. Pero lo que colmó el vaso fueron tus palabras diciendo que tú únicamente eras hincha de Independiente, que el Atleti había sido simplemente un trabajo. En ese preciso instante nos rompiste el corazón; nos sentimos engañados, humillados, sentimos que tus años aquí habían sido mentira, que cada vez que cantábamos Kun Kun Kun Kun te partías de risa por dentro... en ese instante te pusimos, definitivamente, la cruz.
Pero hay amigo, tus deseos de marcharte al Madrid o al Barça se dilapidaron, pues los blancos no querían romper un pacto de caballeros con los colchoneros y los azulgranas no vuelven a lidiar con tu suegro ni jartos a coca. Total, que te queda el City, y vale que la canción que te dediquen los aficionados cityzens la entonará Noel Gallagher, pero no sé yo, si todo el quilombo que has montado en el que te has ganado el odio de los que tanto te amaban, merecerá la pena.
Disfruta de Manchester, que por lo que me han dicho, hace un tiempo maravilloso...


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