jueves, 8 de marzo de 2012

Se debió dejar encarrilada la eliminatoria

Con lo bonita que había sido la primera parte y se encargó el Atleti de estropearlo en la segunda. Una caraja total tras el descanso hizo que lo que iba a ser una visita turística por Turquía se convierta en un partido con más peligro del que en un principio parece.
Salieron los colchoneros en tromba hacia la portería de Gönen, pero ni Falcao ni Salvio a puerta vacía lograron batir al meta turco. Ya se empezaba a temer que el Besiktas aprovecharía una contra pero Salvio, con ayuda del guardameta visitante, abrió el marcador.
Hasta ese momento, el argentino estaba sacando de sus casillas a los aficionados que salieron antes del trabajo para ir al Calderón, pero con ese gol y el que marcaría tres minutos después volvía hacer pasar a la hinchada del odio al amor. Si tiene tiempo, que Íker Jiménez lo investigue...
Tras el dos cero el Atleti siguió dominando de la mano de un Adrián que pide a gritos hacer doblete este Verano. Precisamente fue el asturiano quien se vistió de Manolete (pero del torero, no del pseudo - periodista) para que, a golpe de muletilla marease a la zaga turca anotando un golazo que debería dar la vuelta a todo el mundo, sin importar que su camiseta vista rayas rojiblancas en lugar de blaugranas.
Tras el descanso Simão, que hasta el momento había pasado desapercibido, marcó un golazo por toda la escuadra de Courtois, demostrando que con los años se pierde velocidad, el pelo e incluso hasta la virilidad, pero permanece perenne la calidad. El gol aupó a los visitantes, que liderados por un gran Miguel Fernandes buscaron la portería del belga mientras los locales no parecían reaccionar. Menos mal que Courtois no se tomó la segunda parte libre, sacando en los últimos minutos lo que habría supuesto el ir a Turquía con una ventaja mínima en el marcador. Como tampoco lo hizo Perea, que con su velocidad evitó más de un susto. Además, el canterano Isco gozó de diez minutos en los que mostró desparpajo.
Por unas o por otras siempre tenemos que sufrir...

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