Diego Simeone ha logrado crear por encima de todo un bloque que se deja el alma en cada acción, donde presiona hasta Courtois y no se da un balón por perdido. Hemos pasado de pedir disculpas al contrario tras hacer una falta a entrar a quemarropa en cada balón cruzado aunque el rival fuese nuestra madre. Vamos, que de una vez por todas le echamos pelotas.
Además, llevamos cinco jornadas sin encajar un tanto, y si bien es cierto que el belga cuajó grandes actuaciones ante Málaga y Osasuna, tampoco se ha visto obligado a actuar demasiado.
Por el contrario, al equipo le falta gol. Salvo Falcao, nadie es capaz de mojar dos jornadas seguidas, y eso, a la larga, será negativo. Si tenemos en cuenta que Diego Costa ha ido a parar al Rayo y que al pobre Pizzi le dan menos bola de la que deberían darle, recemos porque el colombiano no coja un mal catarro...
El efecto Simeone...

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