lunes, 12 de julio de 2010

Siempre seréis eternos

Lo primero de todo aclarar una cosa que no es otra que después del partido fuy corriendo al armario donde mi madre guarda sus potingues de limpieza y me enjuagué bien la boca con lejía; acto seguido acudí a la iglesia más cercana para hacer gárgaras con agua bendita. Y no era para menos, pues días atrás había cometido la osadía de criticar a Íker Casillas Fernández, el cual anoche se volvió a vestir de Santo para sacar un pie milagroso cuando Robben y la afición Oranje ya cantaban el primero de la noche.
Pero el mostoleño no fue el único héroe del partido, pues entre los 14 jabatos que ayer se enfundaron la Roja, Andrés Iniesta fue el que pasará a la historia como el jugador que marcó el gol que dio a España su primer Mundial. Se dice pronto, pero no fue, para nada, sencillo.
El partido empezó con un héroe y un villano claramente marcados desde el principio; El héroe no era otro que el meta del Ajax, Stekelenburg, que sacó sendos remates de Ramos, Pedrito, y Villa antes del minuto 20 de partido. El villano fue el colegiado inglés Howard Webb, que permitió una excesiva dureza a los tulipanes y al final terminó expulsando en la prórroga al que menos lo merecía (John Heitinga), cuando De Jong o Van Bommel debían estar en la calle desde el primer tiempo.
España repartía juego, pero Holanda no se quedaba corta repartiendo... leña. Los Oranjes salieron claramente con la intención de parar a los nuestros a base de faltas, y poco a poco lo fueron consiguiendo. Por si fuera poco, Villa demostró que necesita tener un Torres en su vida para lucir, porque ayer volvió a naufragar ante la zaga contraria. Pedrito brilló menos que ante la Mannschaft, pero aún así dejó detalles de calidad. No obstante, fue el primer sustituido del encuentro para dar entrada a Navas, el cual corrió y corrió pero sus centros no encontraron rematador. Tras dos avisos de Robben (el pie salvador citado anteriormente y otro mano a mano que entre Puyol, Piqué e Íker lograron desbaratar) los 47 millones de españoles empezaban a firmar la prórroga, que llegó junto a numerosas alertas de infarto.
Cesc saltó al terreno de juego por Xabi en una decisión valiente del seleccionador, pero España no conseguía entrelazar del todo y Del Bosque se vio obligado a dar entrada a Torres por un exhausto Villa para que aquél, con su velocidad, aprovechase los espacios que creaban los holandeses. Y cuando todos buscábamos los rosarios, amuletos y crucifijos para encomendarnos a ellos durante la tanda de penaltis, pasó. Navas se sacó una galopada desde nuestro campo y enlazó con Iniesta, Cesc y el 9 del Liverpool, que vio al del Barcelona y le pusó un buen balón, pero Van der Vart se anticipó, cayendo su rechace a los pies de Cesc que vio el desmarque del de Fuentealbilla, controló el cuero y lo puso donde Stekelenburg no podía llegar, volviendo a incrementar el índice de natalidad como hizo con aquel golazo al Chelsea en la Champions. A partir de ahí las lágrimas se sucedieron, pero por primera vez para España en la historia de los Mundiales éstas no eran amargas, sino dulces, dulces como la miel...
Prueben a decirlo conmigo, pues suena como nada en esta vida: ¡SOMOS CAMPEONES DEL MUNDO!

3 comentarios:

  1. Tan solo un par de cosas que comentar;
    Cada día que pasa la población de este pais sube: antes de ayer lei que era de 46 millones (cuando pensaba que era de 44)y hoy, por lo que se ve, es de 47 (a causa del futuro "babyboom" será).
    La otra, es verdad Iniesta es el mejor jugador del mundo.

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  2. Lo que dices tiene fácil respuesta, que no es otra que a cada minuto que pasa más gente se enamora de la Roja y se siente español, por ello el incremento de las cifras. Si hubiese hecho ahora la crónica debería reflejar los 52 millones, pues la marea del color de la sangre sigue subiendo...

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  3. jajajajajaja, de aqui a dos dias superamos a China en población.

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